Época: Grecia ClásicaI
Inicio: Año 480 A. C.
Fin: Año 425 D.C.

Antecedente:
Consecuencias de las Guerras Médicas. Los jonios



Comentario

Después de Naxos, cuya capitulación total no tuvo lugar hasta el ano 467, se produjo la revuelta de Tasos, que, para algunos, obligó a los atenienses a prescindir de planes de mayor alcance en el control del Mediterráneo. Según Meiggs, en este caso, el origen del conflicto hay que buscarlo en la agresión de los mismos atenienses. Se trataría de una manifestación violenta de sus aspiraciones a controlar las riquezas minerales de la isla y del continente situado enfrente, a donde se habían enviado colonos que servirían de base para la posterior fundación de Anfípolis.
Al parecer, en la revuelta de Tasos estuvo complicada Esparta, que prometía invadir el Ática para debilitar las posibilidades de acción de los atenienses, pero la situación se complicó con la revuelta de los hilotas en Mesenia, lo que no sólo repercutió en la capacidad de maniobra de Esparta, sino también en las relaciones con Atenas. Cimón, en efecto, acudió en ayuda de los espartiatas, lo que, a la larga, disminuyó su prestigio en la ciudad e hizo cambiar la orientación del rumbo de las acciones imperialistas. La actuación de Cimón fue considerada poco eficaz por los nuevos políticos en alza, Efialtes y Pericles, que lo acusaron de haberse dejado sobornar por el rey Alejandro de Macedonia para que no interviniera directamente en el continente.

Ahora, los continuadores de Cimón en la dirección de la política ateniense tienen que dedicarse, a principios de los cincuenta, a dos actuaciones en lugares remotos. Por un lado, parecen renacer las intenciones de dominio en el Mediterráneo oriental, cuando la flota se dirigió a Chipre y se desvió hacia Egipto, porque aquí las expectativas parecían aún mayores. También en estos momentos Artajerjes pedía a los espartanos que prestaran su colaboración procediendo a la invasión del Ática. En efecto, por otro lado, las relaciones con la Hélade se deterioran. Ello llevó a un nuevo enfrentamiento con la isla de Egina que desembocó en victoria ateniense, con el establecimiento de clerucos. La formación y conservación del imperio empiezan así a chocar con los intereses espartanos, dando lugar a la llamada primera guerra del Peloponeso.